¿Como podemos promover el turismo en esta región?
Con estas manifestaciones culturales se puede promover el turismo en esta región, ya que en todo el año se celebran todas estas fiestas en el cual el turista y hasta los mismos habitantes podrán disfrutar y distraerse, además podrán disfrutar de sus playas y ríos, alojamientos, parques, restaurantes, de la comida típica, de la artesanía, de la música o folklore, esta también el Pico Naiquatá.
En este pueblo hay potencial turístico pero no es muy explotado, a pesar de que siempre siguen sus tradiciones, su cultura y celebran sus fiestas.Este pueblo cuenta con sus manifestaciones culturales donde los turistas o visitantes pueden disfrutar y apreciar, en sus manifestaciones están: en Enero celebran la bienvenida al año nuevo en el cual la mayoría de las personas que habitan en este lugar y turistas se reúnen en una de las plazas a esperar la parranda de La Sardina de Naiquatá; el 07 de Enero celebran la venida de los reyes magos; en Febrero celebran El Carnaval en el cual el día miércoles de ceniza celebran el Entierro de La Sardina, ya que es una fiesta popular en donde se combinan los disfraces, la música, el baile, las representaciones teatrales y la poesía; en el mes de Marzo honran a San José; en Abril disfrutan de sus playas por los feriados de Semana Santa; e Mayo celebran y le cantan a la Cruz de Mayo; en Junio celebran al Corpus Christy representada por el baile de los Diablo Danzantes de Naiquatá; las fiestas a San Antonio y la mas popular del pueblo que son Los Tambores a San Juan Bautista caracterizada por el repique de tambores y bailes típicos en el cual participan los habitantes del pueblo y los que no habitan en este pueblo; después en Julio y Agosto son las vacaciones de verano y van a fiestas y disfrutan en diversas partes del pueblo para continuar en Septiembre con la Virgen de Coromoto; en Octubre son las fiestas a San Francisco; en Noviembre celebran el día de los santos y los muertos; y en Diciembre celebran las fiestas tradicionales de la Navidad y se multiplican porque comienzan desde el 15 del mes de Diciembre y se alargan hasta la despedida del año viejo para luego comenzar de nuevo con el año nuevo.
El pueblo Naiquatá se encuentra en el Litoral Central, en un estrecho valle costero muy poblado; aunque es de reducido tamaño, posee una rica tradición cultural y folklórica.
¿Como podemos promover el turismo en esta región?
En
la costa central del estado Vargas se encuentra un pueblo rico en tradiciones.
Naiguatá es considerada una de las parroquias con mayor cantidad de
manifestaciones culturales en Venezuela. A pesar de la transculturización, el
corazón cultural de la región no ha dejado de latir.
Por Eileen Rada
“Para
mí ser naiguatareño es lo más grande del mundo. He conocido muchas
culturas, pero ¡qué va! ¡Me quedo con Naiguatá!”, dice alegremente el
parrandero Juan Correa, mientras muestra cómo su piel se eriza al oír nombrar a
su tierra natal. “Naiguatá tiene una esencia que no tiene ningún otro pueblo”.
La
opinión de Juan es compartida por muchos lugareños. La música, la cultura
y el amor por la región corren por las venas de muchos habitantes de este
festivo pueblo del estado Vargas. Naiguatá
huele playa, suena a parranda y sabe a tradición. Es pequeño, pero no hay que
dejarse engañar por su tamaño, porque en su interior guarda un gran
acervo cultural. Allí se celebra desde enero hasta diciembre. Por eso es
considerada como una de las parroquias con más tradiciones en el país.
Las
festividades naiguatareñas son legendarias, pero no son inmunes a la
transculturización y a la apatía de los tiempos modernos. Varias de sus
tradiciones han sufrido cambios radicales. Sin embargo, los cultores de la
parroquia siguen luchando para mantener la esencia de la región.
Naiguatá:
12 meses, un sinfín de tradiciones
“Naiguatá
es un pueblito chiquitico y tiene muchas tradiciones . La gente venía mucho a
las fiestas de Coromoto, Corpus Christi y San Juan para celebrar las
festividades con mucha alegría”, dice Roberto Izaguirre, conocido por todos en
Naiguatá como Robin, “el diablo mayor”.
La mayoría de los cultores del pueblo lo dicen: en Naiguatá hay fiestas todo el año. Siempre hay un motivo para celebrar. Anualmente, el pueblo recibe miles de visitantes que vienen de distintos estados del país a disfrutar de sus festividades. A pesar de que las manifestaciones culturales han sufrido cambios y algunas han desaparecido, los habitantes de la región siguen luchando para conservar su atractivo cultural.
Desde
el 1ero de enero, el pueblo sale a la calle a celebrar la llegada de un año
nuevo junto a un grupo de parrandas. Seis días después, la fiesta continúa. Los
lugareños celebran la llegada de los reyes magos. El cultor Elio Yriarte
cuenta que antiguamente 3 hombres vestidos con trajes alusivos al lejano
oriente, coronas y espesas barbas recorrían las calles del pueblo junto a
un conjunto de aguinaldos y parrandas. En la actualidad, la música tradicional
fue sustituida por los ritmos de la samba.
Entre
las manifestaciones culturales más famosas en la región se
encuentra el entierro de la
sardina. Cuando el carnaval llega a su fin, las calles de
Naiguatá se convierten en un gran escenario teatral. El miércoles de
ceniza, un grupo de hombres vestidos de viudas, acompañadas por un cura y
un diablo, entierran a una pintoresca sardina de cartón, mientras lloran y
bailan alrededor. El pueblo acompaña al entierro danzando al son de la
parranda. Como indica el docente y cronista Ramón Longa, la sardina
representaba la prosperidad y la abundancia en la pesca y la agricultura.
El músico naiguatareño Ricardo Díaz, quien participa en esta celebración desde
hace 52 años, cuenta que el entierro de la sardina evolucionó musicalmente.
“Antes sólo lo acompañaba un tambor, un cuatro y un furruco. Ahora hay
pianos, redoblantes, campanas, trompetas y trombones. Esa evolución se ha
dado por necesidad. Por la cantidad de gente que asiste a la fiesta”.
Esta
celebración de raíces europeas sigue siendo uno de los principales atractivos
culturales del estado Vargas. Sin embargo, la cultora Moraima Garmendia
considera que este ritual cultural está perdiendo su esencia. “Antes las
personas que acompañaban al entierro jugaban con talco y harina. Ahora echan
pintura y hasta ácido. A veces viene mucha gente de afuera a dañar la
tradición”, asegura.
Pocos
días después del festivo sepelio, los habitantes conmemoran la llegada de
la Semana Santa con la realización del tradicional viacrucis viviente y la
quema de Judas. Al iniciar el mes de mayo, el pueblo se prepara para rendirle
homenaje a la Santa Cruz entre décimas, cantos, bailes y flores.
El
cultor, decimista y parrandero Juan Correa explica que la tradición de la cruz de mayo tiene sus orígenes en los
tiempos de la colonia, pero el rito se arraigó en la tradición costeña. “Antes,
cuando llegaba mayo, los campesinos pedían mucho para que lloviera y sus
cosechas fueran productivas. La cruz era algo especial para ellos”.
Aquella práctica llegó para quedarse en la tradición de Naiguatá, donde
aún se realizan los famosos velorios de cruz.
Junio,
el mes de la fiesta
A
principios de junio, un numeroso grupo de diablos coloridos invaden las calles
de Naiguatá. Se trata de la tradición
de Corpus Christi, que según Elio Yriarte comenzó a tomar fuerza en
el año 1941, cuando un grupo de hombres y mujeres fundaron la “Sociedad del
Santísimo Sacramento de Naiguatá”, hoy presidida por Ramón Longa.
“Uno
se viste de diablo para rendirse ante el Santísimo. Le hacemos una petición
espiritual por alguna enfermedad o por nuestros familiares”, cuenta “el diablo
mayor”, Roberto Izaguirre.
Como
lo indica el docente y periodista Ignacio Laya en su libro “Naiguatá, un pueblo
santo”, un centenar de diablos bailan con vistosas máscaras y vestimentas
como forma de agradecer al Santísimo Sacramento por los favores
concedidos.
La
celebración de los diablos danzantes de Naiguatá aún se
postula como una de las más importantes en la región, por su antigüedad y
la gran cantidad de turistas que viajan cada año para admirar aquel colorido
ritual. Sin embargo, esta tradición ha experimentado cambios radicales a través
del tiempo.
Los
cultores indican que la forma tradicional de elaborar las máscaras ha cambiado
y la transculturización no se ha hecho esperar. “Han hecho máscaras muy
estrambóticas, sin conocer su simbolismo. Las ropas las están pintando
con muñecos de la televisión, hacen dibujos que no son acordes a los
trajes. Son pequeños detalles que hay que corregir poco a poco”, dice con preocupación
Norberto Iriarte, quien es en la actualidad el segundo diablo más antiguo en la
asociación.
Iriarte
ha seguido los pasos de su abuelo Ciriaco, conocido como “Canta bonito” y su
padre Norberto Iriarte. Ambos son figuras representativas en la cultura
naiguatareña. “Mi padre siempre decía que iba a haber ese tipo de cambios, pero
llegaría un momento en que todo se estabilizaría y quedaría la esencia de los
que de verdad quieren ser diablos danzantes”.
Cuando
los diablos se marchan, los pobladores naiguatareños reponen sus energías para
darle la bienvenida a los tambores de San Antonio, San Juan, San Pedro y San
Pablo. “El tambor uno lo lleva en la sangre”, dice alegremente la docente
Diamnem Arratia, quien le rinde homenaje a San Pedro cada año.
La
celebración de los tambores es una de las que ha sufrido más cambios a través
del tiempo. “Ya no se dan los mismos cantos. Los tambores no se hacen de
madera pura sino con otros materiales, por lo que el sonido varía.
También se generan más peleas, porque se han perdido los valores”, dice
Arratia.
La docente Nora Blanco comenta que antiguamente los
tambores de San Juan se realizaban desde el mediodía hasta la medianoche, pero
motivado a que empezaron a generarse peleas, les colocaron un horario de
culminación hasta las seis de la tarde, para evitar contingencias. Sin embargo,
el pueblo de Naiguatá aún recibe muchos turistas al llegar el mes de junio.
La parranda no termina
Son muchos los cultores que manifiestan su
amor incondicional por su tierra natal y las ganas de seguir trabajando por
Naiguatá. “Se han dado muchos cambios radicales, pero hemos luchado para que no
lleguen tan rápidamente a la escuela. Si perdemos nuestra cultura, perdemos
toda nuestra razón de existir”, reflexiona Yriarte.Juan Correa, considera que
lo principal para mantener las fiestas tradicionales es que sus habitantes
conozcan la cultura, se incorporen y valoren lo que se hace en casa.
“Tenemos que querer lo nuestro para después querer lo de afuera”.
“Naiguatá es un pueblo privilegiado. Su
cultura es inmensa. Aquí tenemos fiesta desde enero hasta diciembre”, dice
alegremente Juan Correa.
Entre las manifestaciones culturales más
famosas de la región también resaltan los festejos en honor a la Virgen de
Coromoto, Virgen del Valle, San Francisco de Asís y luego de navidad se realiza
la particular fiesta de los santos inocentes
Al llegar el 28 de diciembre, las calles
se convierten nuevamente en un gran teatro gracias a la conmemoración del día
de los Santos Inocentes. Las protagonistas de este espectáculo son un
conjunto de mujeres vestidas de hombres. Naiguatá se divide en dos grupos: el
gobierno y la revolución.
La fiesta de los Santos Inocentes en esta región
tiene un carácter político y satírico. Como expone Elio
Yriarte en su libro “Naiguatá: Historia, tradiciones y costumbres”, el show
iniciaba a la medianoche del día 27, en la que se designaba un nuevo gobierno
de forma arbitraria en la recién constituida “República de Naiguatá”. Al
mediodía del 28 de diciembre nacía una revolución que protestaba contra las
medidas del gobierno. Ambos grupos recorrían las calles del pueblo acompañados
por dos parrandas y luego se encontraban para
terminar la jornada con un gran sancocho.
En la actualidad, la tradición ha sufrido muchas
modificaciones. Debido a polarización política reinante en el país,
Garmendia indica que el estilo de la vestimenta usada ya no es el mismo. “El
gobierno ha empezado a vestirse con ropa roja o de militares. Eso no nos gusta,
porque siempre la revolución ha sido el pueblo. Mujeres vestidas con sus
alpargatas, pantalones remangados y sombreros”.
Para mí ser naiguatareño es identidad
cultural, es patrimonio, es mi idiosincrasia, mi forma de vivir y decir “estoy
presente”. No hay ninguna manifestación cultural en la población de Naiguatá
que a mí no me encante”, dice Norberto Iriarte.
¡Que siga la tradición!
Buen día, muy bueno tu blog gracias por toda la información me gustaría saber un poco mas del pueblo y contactar al autor de este blog debido a que estoy realizando una investigación sobre naiguata y me encantaría tener tu apoyo. Espero tu pronta respuesta, agradecida de antemano
ResponderEliminarBuen día, muy bueno tu blog gracias por toda la información me gustaría saber un poco mas del pueblo y contactar al autor de este blog debido a que estoy realizando una investigación sobre naiguata y me encantaría tener tu apoyo. Espero tu pronta respuesta, agradecida de antemano
ResponderEliminarHola, si te puedo ayudar en algo referente a Naiguatá y sus tradiciones, sus personajes, no dudes en preguntarme, estoy a la orden.
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